La piñata es una tradición icónica que ha perdurado a lo largo de los siglos. Su origen se remonta a la época prehispánica en México, donde los aztecas utilizaban figuras de barro llenas de semillas y cacao como ofrendas para sus dioses. Los mexicas llenaban cazuelas de barro con tesoros y alhajas. Estas figuras se rompían durante ceremonias religiosas, con palos o lanzas, liberando así las semillas como símbolo de fertilidad y abundancia. La decoración constaba de plumas y listones y se rompían durante las festividades en honor al dios Huitzilopochtli.
A medida que los conquistadores españoles llegaron a América, se encontraron con estas prácticas nativas y las adaptaron a sus propias tradiciones religiosas. Durante la Cuaresma, los católicos en España colgaban ollas de barro en el techo y las golpeaban con palos para recordar la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte.
Estos dos rituales se fusionaron en México para crear la piñata tal como la conocemos hoy, las ollas de barro fueron decoradas y llenas de dulces, frutas y pequeños juguetes. Los participantes, con los ojos vendados, intentaban romper la piñata con un palo mientras otros la movían de un lado a otro; esto simboliza la ceguera de la fe y la perseverancia para alcanzar las bendiciones.
Por otro lado, los historiadores señalan a Asia, específicamente a China como el punto de origen, la forma usada por los chinos era la de un buey o una vaca, hecha de papel de colores. Estas figuras era rellenadas de semillas, para después romperlas a palazos. Cuando la piñata se rompía, en el año nuevo chino, era quemada y la gente se peleaba por las cenizas, pues eran consideradas de buena suerte.
Se dice que el famoso viajero Marco Polo observó esta tradición en el país asiático y llevó la idea a Europa, en donde fue vinculada con la Cuaresma. La costumbre se propagó a España y adquirió el carácter de fiesta, la tradición cruzó el océano y llegó a América.
A lo largo de los años, la piñata se ha convertido en una parte central de celebraciones como las posadas, los cumpleaños, las fiestas patrias y otras festividades en México y en diversas partes del mundo. Su popularidad se ha extendido a países como Estados Unidos, donde se ha convertido en una atracción común en fiestas infantiles y eventos culturales.
Con el tiempo ha evolucionado en forma y diseño, tradicionalmente es una estrella con siete picos, representando los siete pecados capitales. Sin embargo, hoy en día se pueden encontrar de diferentes formas y temáticas, desde personajes de dibujos animados, figuras religiosas y hasta de personas públicas.
Además de su significado cultural y religioso, también tiene un aspecto lúdico y emocionante. Romperla es un momento de júbilo y diversión para los participantes, especialmente para los niños, que se esfuerzan por golpearla y recoger los dulces y juguetes que caen al romperse.
La historia de la piñata es un viaje fascinante que se remonta a las antiguas civilizaciones americanas y se fusiona con las tradiciones católicas españolas. Hoy en día, es un símbolo de celebración, alegría y comunidad en todo el mundo. Su presencia en festividades y eventos nos recuerda la importancia de la unión, la diversión y el espíritu festivo en nuestras vidas.
Por Martha Isela Ruíz González