JARDÍN ABIERTO
que entre si estás decidida por tu cauce que es de tierra cálida que se hunde. si estás lista, que perfore o agrande el poro que exhuma los cadáveres de la bruma. que diga tu nombre y abra tus manos para que veas más allá del velo de los ojos. ven y pronúnciame, fundada la palabra que me despierta. y abrasa el combustible del horror. y no temas. hay que negar el nombre que le das a la corrupción de tu vista. el líquido precioso que no dejas en el suelo humilde.
jardín abierto brumoso de luz que ofusca la vista. jardín que se abre entre contornos. bajo a tu casa y detecto la huella. santo es el lugar donde resides fugazmente.
De Filiación (Diputación Provincial de Cáceres, 2016)
COPULAR
tú sabes que la luz limpia hiende los versículos sucios de sangre, de bilis que hierve. de hambre. tú sabes que no sabemos estar con el olor que hiede. sino que sabemos escalar las obras inacabadas con los reptiles.
estamos en el proceso de construir las ciudades que se derrumben.
estamos construyendo para que todo se desmorone.
estamos con los ojos en la disolución de los gérmenes que polucionan.
con los gérmenes disolutos de los nombres.
que vierten y conmueven a los seres indisolubles.
la lama no es vertical sino que se extiende. construir hacia delante es cercar el territorio que no se recorre.
yo diría algo entre las nubes que resuene. diría hábitos y copular y corrientes. diría con los dedos “alcanzo lo que hierve y toco levemente lo que es leve”.
quiero ver el orden que cerca las formas que se disuelven. quiero convertir en el ojo la disolución sin término. quiero hervir con las partículas tiernas que bailan. quiero hendir con mi mano disoluta la partícula ilusionada. quiero abrir los senderos de la pierna o el brazo que se aferra. quiero recorrer vertebral la cuesta empinada que te encumbra.
quiero verter mis líquidos sobre tu espalda húmeda del liquen y de las hierbas. quiero convertir la hierba en la sangre de las venas, y convertir las venas en la letra de un alquimista. convertir sin formas lo informe en la vida una que no se manifiesta.
ESPIGA SOLA
así hago tu voluntad torpemente, hasta donde puedo.
así me convierto en la espiga sola mecida por el viento.
así congrego a mis amigos sin apelación de nombres, y separo las formas incontables, y las destruyo.
estoy en la apelación con los nombres, y silbo al viento que me circunda, y a las olas que son una. y a los dedos que nunca tocan.
sin apelación de nombres, nunca tocamos nada. nadamos en la incertidumbre absoluta. y no decimos sino amarillos en lo azul perenne que nada significa. sólo significan con la apelación infinita, en su círculo que gira. el círculo hogar pequeño y cálido, donde el gato se asienta. o el círculo que gira y te mantiene en tu casa. el círculo de la repetición es como una eterna tormenta, y el agua salpica la orilla donde esperan los animales, bañados de glándulas que supuran. mi cadáver es tu energía, mi pequeño cadáver enterrado bajo las rocas.
De Cauces del que teje (Ediciones Trea, en prensa)
Eva Yárnoz (Pamplona, 1975)
Madrileña de adopción, licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha cursado estudios de postgrado en Reino Unido y posee formación específica como traductora y correctora profesional. Es colaboradora habitual de la Revista ConVersos. Ha colaborado con la Red de Bibliotecas Públicas del Ayuntamiento de Madrid impartiendo sesiones de lectura y escritura poética. En 2015 se publicó su obra Universalia ante rem (Neopàtria, 2015), con una favorable acogida de poetas consagrados y crítica. En 2015 su obra Cauces del que teje quedó finalista del Premio de Poesía César Simón. En 2016 su obra Filiación ha resultado ganadora del Premio Flor de Jara de Poesía, con Juan Carlos Mestre como presidente del jurado, y publicada posteriormente en 2017 por la Editora Regional de Extremadura.