Mi primera aparición como director profesional fue en febrero del 2010, con Las bodas de Fígaro de Mozart. Llevo 5 años dirigiendo, pero mi gusto por la música viene desde niño; desde muy pequeño quise dedicarme a la música. Yo recuerdo que de niño me ponía a jugar a que dirigía; y poco a poco se fue convirtiéndose en una realidad.
Desde su corta edad Iván López Reynoso se posicionó como uno de los directores más activos dentro de la escena sinfónica y operística. Desde su debut en Monterrey en el 2010, ha trabajado con un gran número de orquestas, entre las que destacan la Oviedo Filarmonía, la Filarmónica Gioachino Rossini, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Filarmónica de la UNAM, la Filarmónica de Jalisco, la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta Sinfónica de Minería, Coro y Orquesta del Teatro de Bellas Artes, la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez, la Orquesta Sinfónica Mexiquense y la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata.
El Palacio Euskalduna en Bilbao y el Auditorio Príncipe Felipe en Oviedo, España, son algunos de los escenarios internacionales donde el joven director se ha presentado; en México, ha pisado escenarios como la Sala Nezahualcóyotl, el Teatro de las Artes, el Teatro Degollado, el Teatro del Bicentenario y el Palacio de Bellas Artes.
Yo estudié violín, piano, estudié canto, percusiones y un poco de clarinete, estudié armonía y todas estas cosas siempre pensando en ser director de orquesta, es decir, no fui músico que decidió ser director, fui director que tuvo que ser músico.
La orquesta sinfónica de su ciudad natal y el festival cervantino, siempre fueron un enlace para que Iván llegara al arte, “Tenemos el festival que una vez al año nos acerca muchas de las grandes aportaciones artísticas del mundo, no sólo de México, y yo pude crecer afortunadamente viendo arte de primer nivel en Guanajuato y eso me ayudó en mi preparación y desarrollo”.
Claudio Abbado, Leonard Bernstein y Mariss Jansons son algunos de los directores que se han convertido en su inspiración y modelo a seguir. Como parte de su formación, Reynoso reconoce que sus principales mentores son “Isir Almaguer, una pianista cubana que reside en Guanajuato y de la cual yo aprendí mucho, fue mi primer maestra de piano; después la maestra Gellya Dubrova en el Instituto de las Rosas en Morelia, sin duda, la columna vertebral de mi formación musical; y recientemente Gonzalo Romero, con él fue con quien realmente aprendí la dirección orquestal”.
Para él, sin duda, los momentos más importantes dentro de su carrera han sido su debut en Monterrey en el 2010, su debut en Bellas Artes en el 2012 y su debut internacional en Italia en el 2014.
Iván considera que el papel principal de un director es conciliar, concretar una dirección interpretativa de una pieza comulgando en la unión de ideas y esfuerzos. Lograr interpretaciones que sean fieles a lo que los compositores esperaban.
No tengo un compositor favorito, tengo muchos; me gusta mucho Rossini en el mundo operístico, me gusta Tchaikovski en el lado sinfónico, Brahms, Beethoven, Mozart. Me gusta toda la música clásica en general, y de repente me enamoro más de un compositor cuando lo estoy haciendo; entonces yo prefiero pensar que mi obra favorita es la que estoy dirigiendo en ese momento.
Su trayectoria como director de orquesta le ha enseñado que el trabajo nunca termina, que debe estar en constante evolución y desarrollo, que el director de orquesta debe ponerse al servicio de la música antes de ponerse al servicio de sí mismo, “que en el momento en el que el ego supera las ganas de hacer un buen trabajo, el director deja de ser un director y se convierte en un personaje narcisista, y eso no debe ser así, el director debe estar siempre al servicio de la música, tenemos una gran responsabilidad en nuestras manos al hacer grandes obras de arte”.
Bajo la batuta huésped de Iván López Reynoso, y la dirección escénica de Dariusz Blajer, la Orquesta Filarmónica y el Ballet de Jalisco llevarán al Teatro Degollado la mágica historia de El Cascanueces.
Del 17 al 20 de diciembre, los tapatíos podrán disfrutar del clásico navideño, el cual contará con más de 70 bailarines en escena y orquesta en vivo. La obra basada en el libro de cuentos de E.T.A. Hoffmann contará con coreografías de Slauka Ladewig, Lucy Arce y Aldo Kattón.
“Estoy muy contento de regresar con la OFJ, además de que es la primera vez que el Ballet de Jalisco lo presenta con orquesta; es la tercera vez que vengo a dirigir y me encontré a una orquesta bastante renovada pero en lo particular hoy siento a una orquesta de Jalisco ya muy consolidada, muy sólida, una agrupación de excelencia que se ha posicionado a mi gusto entre las mejores orquesta de México, entonces me da mucho gusto volver a estar aquí, y hacer esta obra del repertorio tan querida, tan esperada en estas épocas y con unan compañía dancística que también se está consolidando como una de las más importantes del país”.
Por Alejandra de la Torre
Fotografías de Marco Ayala