Valerian and the City of a Thousand Planets (Valerian y la ciudad de los mil planetas) es una de las cintas más ambiciosas y más esperadas de este verano entre la población adolescente. Prometía la culminación de los sueños húmedos intergalácticos de Luc Besson. El quinto elemento versión recargada: la cumbre del cine Sci-Fi protagonizada por las caras bonitas de moda en el marco de un universo creado con devoción y esmero por muchos años. ¿Y qué pasó? ¡Nada!
En una época muy, muy lejana, Valerian (Dane DeHaan) y Laureline (Cara Delevingne) son un equipo de agentes espaciales que por órdenes del ministro de defensa (Herbie Hancock) se embarcan en una misión para recuperar un extraño “convertidor” y llevarlo a la ciudad de Alpha, una metrópolis en donde habitan especies de todo el universo que comparten conocimientos, inteligencia y cultura. En Alpha serán los encargados de la seguridad del comandante Arün Filitt (Clive Owen) mientras se hace la entrega del codiciado convertidor.
La familia Besson echó la casa por la ventana para cumplir el sueño de Luc, quien dirige, escribe y produce esta cinta basada en el cómic de ciencia ficción Valérian et Laureline, escrito por Pierre Christin con ilustraciones de Jean-Claude Mézières. Mismo cómic que se dice inspiró a George Lucas para hacer Star Wars.
Besson tuvo una excelente respuesta al estrenar The Fifth Element. Y con la evolución de los efectos especiales, Valerian prometía llegar mucho más allá. ¡Y llegó! Al menos visualmente. El film es alucinante en ese apartado. Planetas y seres fantásticos aparecen vertiginosamente en la pantalla mientras el espectador, tal vez lo que quiera, sea bajar la velocidad para apreciar todas esas maravillas con más detalle, cosa que no sucede. Toda esa belleza espacial, aunque se mantiene a lo largo de la cinta, al final parece un efecto efímero. Besson perfeccionó el universo creado por Pierre Christin, pero se dedicó tanto a la imagen que se le olvidó el nutrir la historia.
Guardando el guion para un poco más adelante, voy a decir que su primer error fue la elección del elenco. Sí, Cara Delevingne tiene esa belleza espectacular que comparte con Milla Jovovich, pero la chica es una roca inexpresiva que en ningún momento logra provocar alguna pequeña chispa con su pareja protagonista. Dane DeHaan, por su parte, me resulta mejor actor, claro que en este punto hasta la Jovovich resulta buena actriz, pero le falta muchísimo para alcanzar el ácido sarcasmo y la desfachatez encantadora de Bruce Willis.
Ya sé que las comparaciones no son buenas, pero en este caso son inevitables porque las referencias son muchas. El quinto elemento resultó muy divertida, con grandes y ridículos personajes, y eso fue justo lo que le faltó al director francés. Le hizo falta reírse de sí mismo, hacer a un lado la seriedad con la que se tomó la cinta y darle un humor terrenal a este film espacial.
Vemos a un Clive Owen que sólo inspira a decir ¿qué le pasó a este hombre? Entre que dio el “viejazo” y que se le olvidó que estaba representando a un villano respetable, no sirvió para nada en la cinta. Tenemos también a un Ethan Hawke con una buena caracterización que no le dio tiempo de lucir, lo mismo que a Alain Chabat como el pirata desquiciado. En esta ocasión el papel de “la diva” lo portó Rihanna y creo que su participación es el mejor video musical que la cantante ha hecho en su vida. Definitivamente no actúa, pero su pequeño show fue lo más entretenido de la película.
Un detalle que me causó reacciones encontradas, y que resultó muy relevante para The Fifth Element, fue el diseño de vestuario. Parece que Besson no le llegó al precio esta vez a Jean-Paul Gaultier y echó mano de Olivier Bériot, quien logró algunos modelos muy llamativos, pero hasta para ponerle ese toque hawaiano que tanto gusta a Besson, o convertir tres tiras anaranjadas en una imagen para la posteridad, hay que tener gracia, no cualquiera sabe hacer lucir una camisa con palmeritas en el espacio.
En la fotografía repite Thierry Arbogast y no tengo mayor problema con él, su trabajo es fantástico, tal vez mejor que la cinta en comparativa. En cuanto a la banda sonora digamos que quedamos tablas, pues aunque da gusto escuchar por ahí la “Space Oddity” de David Bowie y a Bob Marley como que a Alexandre Desplat le faltó un poco de intensidad.
Al final, creo que el peso del fracaso de Luc Besson con Valerian recae sobre el guion y el mal manejo del elenco. Los espectaculares efectos se perderán en la memoria porque no hay una historia que nos haga recordarlos. Una cinta carente de emociones, sus actores no expresan nada y su mensaje ecológico se pierde entre la belleza de esas playas espaciales y las cejas de Cara Delevingne.
La mayor producción en la historia de la cinematografía francesa se estrelló contra la taquilla mundial. Para lo único que sirvió Valerian es para:
1.- Que nos dieran ganas de volver a ver El quinto elemento.
2.- Para pensar que en realidad Guardianes de la Galaxia Vol. 2 no estuvo tan mala.
3.- Para darnos cuenta de que a Rihanna le sienta bien el tubo y el espacio sideral.