Templado por Cuba: Sobre El nido de la serpiente

En un barrio de Matanzas, a unas cuadras de las putas, vive Pedro Juan, el hijo del heladero. Un adolescente que sueña con ser alguien en la vida y dejar de vender helados algún día. También alimentar su pasión por la literatura y satisfacer sus ganas de aprender.

Busca en libros, que prometen las claves del éxito con poco esfuerzo, las herramientas para satisfacerse. Pero los resultados, en realidad, no son satisfactorios.

Además, dentro de poco la distribución de helado ya no es la misma: el negocio de su padre quiebra y ambos se quedan sin trabajo. Este acontecimiento lo deja a la deriva del ocio con su deseo adolescente y su torrencial vitalidad. En resumen, quiere desfogarse y pasarla bien.

En las calles conoce a una deteriorada prostituta llamada Dinorah. Seducido por ella y arrastrado por la lujuria, devora famélico las rancias carnes. El frenesí sexual se vuelve una burbuja orgiástica. La relación desemboca en un noviazgo que su madre desaprueba. Ya no es “el hijo del heladero”, ahora es “chupavieja”, el novio de Dinorah, la burla de vecinos y amigos.

Mientras tanto, Dinorah trabaja para los dos, sus necesidades —como sus posibilidades— son pocas: ron, comida y sexo. Sin embargo, la campaña por la purificación moral, emprendida por el gobierno cubano, pretende erradicar la prostitución. Dinorah no conoce otra manera de ganarse la vida, y no quiere desperdiciar el tiempo en un trabajo mal pagado.

Los clientes comienzan a disminuir. No hay dinero, ni ron, ni tabaco, y, como la comida es escasa, nadie está dispuesto a intercambiar lo poco que tiene por algo de placer, ofrecido por un cuerpo desgastado y hambriento.

Muchos habitantes están abandonando la isla. Los que se quedan pierden negocios o propiedades. Otros se ven en la necesidad de vender lo mucho o poco que tienen. Dinorah tiene la oportunidad de irse a Miami, pero el amor que siente por Pedro Juan es como un mal venéreo difícil de tratar y al que ya se acostumbró. Sin dudarlo, le propone un romántico escape en lancha fuera de la isla; él tendría el privilegio de explotar lo que quedaba de ella, podría ser un rey, mimado y contento. Aun con esas oportunidades, Pedro Juan decide quedarse en Cuba. Dinorah se va.

Ahora que la burbuja explotó, la isla es otra. El bienestar, en general, escasea y lo poco que queda lo corroe la pobreza. La falta de oportunidades, la paranoia y la represión decoloran el ánimo de los habitantes. Lo abandonado ha comenzado a deteriorarse. Queda una postal mal conservada de una época ausente. El tiempo ya no avanza. La vida está atascada.

Pedro Juan ha perdido muy poco hasta ahora en comparación con otros habitantes. Tiene que buscar la vida entre las moronas esparcidas de lo que queda para soñar y las piezas faltantes. Las aspiraciones prefabricadas por el gobierno no le satisfacen.

No quiere pertenecer a la llamada “juventud de acero”. No es un macho barbudo programado para el servilismo. No se ablanda ante el servicio militar y el trabajo forzado. No quiere ser manipulado con ideología. No quiere ser templado por Cuba. Pero sobrevivir es ceder poco a poco.

Una doble vida le permite satisfacer su pasión por la literatura sin que la aplanadora gubernamental lo deforme más. La escritura es el escondite perfecto para velar una versión auténtica de sí mismo.

La historia del protagonista puede ser leída como una alegoría del sometimiento de la población cubana que el gobierno de Castro trajo consigo. Es una ironía que Pedro Juan utilice una chamarra de cuero con la frase born to be free, un recordatorio mordaz de la libertad prefabricada. Como Cuba socialista vestida de igualdad y justicia.

Esta novela es una obra íntima que expone una visión, cruda y desoladora, de personajes vencidos habitando la miseria, una crítica a la Revolución y a su simulación de bienestar. Denuncia el oscurecimiento del espíritu artístico y cuestiona la hipocresía de aceptar una vida impuesta sin convicciones propias. Es el dolor fantasma de sueños amputados.

 

Por Rodrigo Ortiz

Written by La Mascarada

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