Para mí, las montañas son las que nos ponen en nuestro sitio, silenciosamente nos muestran que tan pequeños somos y nos exigen respeto. Por eso mismo siento una extraña fascinación por el tema del Everest. En mi vida he subido alguna montaña (creo que lo más alto que he subido fue el cerro del elefante en Culiacán).
Cuando estuve en Nepal, pagué un viaje en avioneta para ver la cordillera del Himalaya, el plan era sobrevolar la punta del Everest, pero por comer dulces callejeros perdí ese paseo, mismo que al final de cuentas no se dio porque el clima no lo permitió. Así son las cosas allá, si la montaña y el clima lo permiten puedes gozar de su belleza y eso lo saben muy bien los sherpas, que son los pobladores de las regiones montañosas del Himalaya en Nepal. Son seres humanos genéticamente evolucionados para vivir en ese clima y a esas alturas, por eso se han convertido en los guías de los escaladores que aspiran subir a la montaña más alta del mundo.
Los sherpas son una población muy religiosa, respetuosa de su entorno pero al mismo tiempo muy pobre. Ellos hacen el trabajo pesado de todas las excursiones, cargan los equipos, se adelantan a montar campamentos base, hacen de rescatistas, de cocineros y tienen fama de muy amables, siempre sonrientes y con buen modo. Y de ello se han aprovechado tanto el gobierno de Nepal como las agencias de excursiones.
Este documental empieza a grabarse en abril de 2013 y el plan inicial era retratar el trabajo de los sherpas en el amplio turismo que se ha registrado últimamente en el Himalaya. Sin embargo se da un incidente insólito, uno de los escaladores extranjeros insulta a un sherpa, él no lo permite y se van a los golpes. Es tan grave el asunto que los demás sherpas exigen disculpas por parte del extranjero. El turista ofrece las disculpas pero los operadores de las agencias se dan cuenta de que los sherpas están cansados del poco reconocimiento y los abusos cometidos hacia ellos. Un año después inicia de nuevo la temporada de escalar (que es entre abril y mayo, cuando el clima es más tranquilo) y justo cuando los sherpas empiezan a subir para instalar los campamentos base, se desprende un bloque de hielo de 40 toneladas que provoca el accidente más grande registrado es la historia de los escaladores del Everest. Mueren 16 personas ese día, todos ellos sherpas. Dicha situación amenaza la temporada ya que los sherpas tienen miedo y además saben que le deben respeto a sus muertos y se niegan a pasar por donde ha ocurrido el accidente.
Se inicia un tipo de huelga y se tiene que llamar hasta a los funcionarios de gobiernos (mismos a quienes no les había importado el asunto) para tratar de solucionar la situación. No llegan a nada y los sherpas consiguen cancelar la temporada. Prefieren perder dinero con tal de conseguir respeto, mejores sueldos y más seguridad en sus trabajos.
Se trata de un maravilloso documental que pretendía tocar un tema pero la montaña decidió que era otra la historia que se tenía que contar: la de las condiciones y derechos laborales de los sherpas. Las tomas son espectaculares, se torna muy emotivo, y a mí me dieron muchísimas ganas de volver a Nepal, no a subir el Chomolungma (como le dicen los sherpas al Everest, que es en todo caso el nombre original) pero sí a conocer ese hermoso poblado de los sherpas y admirar, otra vez pero más de cerca, la majestuosidad de la cordillera más alta del mundo.
Por Vilma Reyes Rosito
