El pasado 8 de septiembre pudimos disfrutar del que habría sido uno de los shows más esperados por los amantes del metal progresivo en la Ciudad de México. Voyager, una de las bandas más representativas del género a nivel mundial pisaría por primera vez tierras aztecas a casi veinte años de su fundación.
La oportunidad de disfrutar a los australianos que días atrás habrían estado encabezando una fecha en el ProgPower USA 2018 era imperdible. Cabe resaltar que los otros estelares para aquella edición del famoso festival eran nada menos que Angra, James Labrie y Tarja Turunen.
Acudimos al Foro RR Live (ubicado en la colonia Del Valle) minutos antes de la cita anunciada. En la entrada, intercambiamos algunas impresiones con nuestros amigos de Moshpit y Anima Tempo al tiempo que se anunciaba todo listo para una gran noche.
Tangerine Circus fueron los encargados de inaugurar el cartel, una agrupación caracterizada por sus armonías a tres voces y una variedad de estilos que van de la severidad técnica al colorido del intercambio de frases. La banda estrenó nuevos visuales para complementar la experiencia de “Into Her Traveling Mind”, “The Memory Delusion” e “Imaginary Friends”, entre otros temas.
Llegó el turno de Anima Tempo, quienes adelantaban brindar un gran espectáculo antes de partir de gira a tierras niponas. Como fue prometido, pudimos escuchar íntegramente el primer material de la banda: Caged in Memories. Además de la siempre bien recibida “Confessions” y una emotiva interpretación dedicada a sus amigos de “Scarlet Angel”, también tuvimos el estreno en vivo de “Primal Symmetry”, el más reciente sencillo de la banda.
El momento llegó para la entrada de Voyager y el ambiente de expectación crecía mientras el nombre de la banda se dejaba ver en lo alto del escenario.
Los australianos subieron a la tarima con toda la energía que les caracteriza y se adueñaron pronto del protagonismo que pelearon con gran calidad Tangerine Circus y Anima Tempo. Sin duda y aunque esperábamos un gran despliegue de calidad, nuestra expectativa se vio rebasada por el poderoso performance.
Apenas eran reconocidas las notas de temas como “Hyperventilating” y los coros no se hicieron esperar. Sabíamos que era el inicio del sector robusto de un set que alcanzaría su punto crítico con “Lost”. La pieza que por muchos es considerada la más representativa de Voyager tuvo un respiro cuando Daniel Estrin a la voz de ¡vamos a tocar algo para bailar! da paso al famoso himno electrónico “Sandstorm”, una buena muestra del ánimo lúdico que permite esas grandes sonrisas mostradas por estos progres durante todo su show.
Simone Dow con su energía y Scott Kay con su pulcritud se lucieron con su conocida mancuerna. Mientras tanto, Ashley Doodkorte con una intensidad ininterrumpida y su obligado solo en las percusiones compitió codo a codo con sus compañeros por los reflectores. Sin embargo, merece una mención especial el carisma de Alex Canion, llevó las líneas de bajo con suficiencia, pero sus coros, manejo del escenario e interacción con el público se llevan las palmas. Fue un momento muy especial para todos los asistentes cuando al desaparecer del escenario, Canion reapareció en medio del público para empaparse con el afecto y los abrazos de los fans que por momentos se rehusaban a separarse de él.
Entrada la recta final del show escuchamos “Meaning of I”, una de las favoritas de Daniel Estrin, quien con su lenguaje corporal capturó todos los ángulos del foro, como si tuviera un mensaje personal para cada uno de los asistentes.
Entre risas, los australianos se retiraron detrás del escenario, lugar del que no tardaron en emerger ante los gritos del público para realizar el esperado encore con “White Shadow”.
Sin lugar a dudas un show redondo. Tres excelentes bandas y una calidad que difícilmente podemos disfrutar a un costo tan bajo. Nuestro reconocimiento a Moshpit por la organización y nuestra certeza de que por hoy, los amantes del progresivo regresan a casa con un sentimiento de satisfacción y mil frases musicales en la mente.