Rufino Tamayo, el éxtasis del color concluirá su periodo de exhibición en el Museo de Arte Moderno este domingo 3 de septiembre.
La muestra con 50 obras del pintor oaxaqueño busca crear una retrospectiva que dé cuenta de su experimentación, su dinamismo y su búsqueda. Dicha colección cuenta con 34 piezas del acervo del MAM, 13 provenientes de colecciones particulares y tres del acervo del Museo Tamayo Arte Contemporáneo.
La curaduría para esta exposición corrió a cargo de la directora del MAM: Sylvia Navarrete, con la asesoría de Juan Carlos Pereda —especialista en la obra de Tamayo— y en colaboración con la Fundación Olga y Rufino Tamayo.
El recorrido ofrece una oportunidad para redescubrir a un artista cuyas pinceladas plasmaron su contemporaneidad impactada por la posguerra, la era nuclear, la conquista del espacio y los avances tecnológicos; asimismo su pasión por la arqueología y la arquitectura prehispánicas, sus arraigadas raíces zapotecas y mestizas.
Tamayo vivió entregado a la pintura como una experiencia creativa íntima y transfiguradora, guiado siempre por un sentido fulgurante del color y la pasión por la arqueología prehispánica. Afianzó en su madurez la convicción de que el lienzo era un campo de experimentación inagotable para extraer de un color todo su magnetismo y fusionar la figura y la abstracción en una expresión evocadora de lo infinito.
La exposición está dividida en tres núcleos: En busca del arquetipo, De México al cosmos y Por una geometría del espacio. En ellos se puede apreciar el uso de diferentes técnicas, entre las que se encuentran 45 pinturas al óleo, pastel y gouache; cuatro dibujos en grafito, carbón y sanguina, y una mixografía.
Algunas de las obras más representativas que se exhiben en la muestra son: Desnudo en gris de 1931, Anuncio de corsetería de 1934, Frutero azul (Frutero con frutas) de 1939, Músicas dormidas de 1950, Homenaje a la raza india de 1952, Retrato de Olga de 1964, Autorretrato de 1946 (repintado en 1967), Hombre radiante de alegría de 1968, Dos mujeres de 1981 y El rockanrolero de 1989.
Rufino Tamayo, el éxtasis del color se ha organizado en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, donde se exhibirá a partir del 23 de noviembre como parte de los festejos por su 25 aniversario.