En la segunda mitad del siglo XX, el videoarte nació como una nueva forma de expresión artística, desafiando las convenciones de la televisión y aprovechando los avances tecnológicos en la grabación y reproducción de vídeo.
Durante la década de 1970, artistas como Bill Viola y Joan Jonas transformaron este medio en una plataforma para explorar la identidad, el cuerpo y la percepción. Viola, por ejemplo, se destacó por sus instalaciones inmersivas que indagaban en la experiencia humana y la espiritualidad.
Con la llegada de la era digital, el videoarte experimentó una revolución, abriendo un abanico de posibilidades creativas gracias a las cámaras digitales y la edición de vídeo computarizada. Los artistas comenzaron a manipular la realidad de maneras inéditas, desde instalaciones interactivas hasta arte generado por computadora.
A pesar de estos avances, Viola se mantuvo fiel a su estilo, enfocándose en temas existenciales como el nacimiento, la muerte, la espiritualidad y las emociones. Rechazando la representación literal y la narrativa fragmentada, optó por la fuerza de la imagen única, capturada en un plano continuo sin cortes, utilizando actores para representar situaciones profundas de la existencia.
La obra del artista trasciende lo visual para adentrarse en lo introspectivo y lo metafísico, encontrando resonancia en artistas como Peter Greenaway y Alex Grey. Greenaway, con su enfoque innovador en el cine y las instalaciones multimedia, y Grey, con sus representaciones del cuerpo humano, comparten con Viola la fascinación por lo trascendente y la exploración de los misterios de la existencia y la naturaleza humana.
El videoarte de Bill Viola es una odisea visual. Sus cámaras, testigos mudos de nuestro paso efímero por este mundo, actúan como guardianas de nuestras almas, ofreciendo una experiencia que resuena con las cuerdas más profundas de nuestro ser. Nos muestra que el arte no solamente imita la vida, sino que la eleva, transformándola en una vivencia que trasciende lo tangible.
Por Jorge Gutiérrez Salazar
