FINLANDIA
Aun sin moverte, como estos árboles
Eugenio Montejo
En teoría
yo debía partir
para una residencia de escritores
en Finlandia.
La idea era ver los maniquíes
las tiendas de Helsinki
las cabañas folclóricas de Sysmä
cómo duelen sus hombres de ojos claros
si besan con las uñas
si su altura es obstáculo
para aplicar las técnicas
del tantra.
Pero vino la peste.
Decidida
a viajar a cualquier precio
entre los fiordos olímpicos,
imaginé Finlandia.
La toqué con los párpados azules.
Me inventé el amor de sus vikingos.
El sol de medianoche.
Los robles amarillos de sus plazas.
Tal vez Ítaca sea solamente
—compañero Kavafis—
la promesa del viaje.
TANGO TRISTE FINNICUM
Era famoso
el profesor de Tampere
abandonado por su esposa
que fue a apretarse a la soledad de los bosques
y ahí compuso
canciones en latín
con música de tango.
Se llamaba Jukka Ammondt
y fui a verlo a escondidas:
lo oí tocar el piano en su cabaña
para un selecto público de renos.
Las garzas de la lluvia volaban por su frente
y en su canto decían
que sirve tener llave para abrir los recuerdos.
Que hombres y mujeres
venimos con cuerpos desiguales
para medir la sombra.
Que las guerras
se incuban lentamente.
Mirando a Jukka Ammondt desde lejos
no supe decidir si era más triste
ser quien cierra los ojos
o quien los ve cerrados.
Yo le hubiera explicado que la vida
es una obra de rescate. Que aparece
la fórmula después de conocer el repertorio.
Que debajo del caos
la estamos construyendo.
Me fui sin hacer ruido entre la música.
BRECHA DE PARALAJE
Nadie lo vio zarpar en la unánime noche
Mantener
el equilibrio sobre un tronco
a lo largo de un río
era un rito habitual entre los leñadores
que acarreaban madera
en otro tiempo.
Así que me subí a un tronco flotante
mientras vos me mirabas
sentado a la orilla del río Vantaa
y entre los dos
se abrió una brecha de agua:
yo danzaba en un árbol navegante
y aunque no te movías, te subiste conmigo.
Fue una excursión de paralaje:
el movimento aparente de un objeto
causado por el cambio
en la posición de quien lo mira
ocasiona la unión entre las partes.
Aferrada a la humedad de la madera
volví a ser esa niña silenciosa
que jugaba a la mancha con los ciervos.
¿Vos también escuchaste
el crepitar de la memoria sobre el tronco?
Pasó el tiempo
y nos perdimos de escena
pero yo te sentí, amor,
inmóvil y a mi lado, flotando por el río.
Esa tarde supiste que soy como Finlandia.
Sólo puedo existir
si me imaginas.
*
Lectora:
cuando veas un pianista abandonado
no te afanes en sacarlo de su pena.
No redimas a los ángeles caídos.
No te vuelvas la samaritana bondadosa
ni la madre indulgente.
Déjalo seguir con su pasado.
Que ese hombre cultive sus recuerdos.
Marisa Martínez Pérsico (Lomas de Zamora, 1978)
Poeta, investigadora, traductora y docente universitaria radicada en Italia. Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y doctora en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca / Università di Siena. Entre sus poemarios destacan los siguientes: Las voces de las hojas (Ediciones Baobab, 1998, Primer Premio en el Certamen Río de la Plata II), La única puerta era la tuya (Verbum, 2015, finalista del Premio Pilar Fernández Labrador de Salamanca), El cielo entre paréntesis (Valparaíso, 2017) y Finlandia (Círculo de Poesía, 2020 / RIL Editores, 2021). Se encuentra en prensa su poemario Principios y continuaciones (Editorial Pre-Textos, con prólogo de Joan Margarit). A los 17 años recibió el premio de ensayo otorgado por la UNESCO en conmemoración a la caída en batalla de José Martí. Su poesía ha sido traducida parcialmente al inglés, ruso, portugués, francés, macedonio, armenio e italiano. En 2019 se publicó la edición bilingüe de El cielo entre paréntesis / The sky between parentheses por Valparaiso USA, traducida en la Universidad de Virginia, así como Il cielo tra parentesi en Italia, por la editorial Fili d’Aquilone. La editorial independiente argentina El suri porfiado publicó su antología Después de la ceniza. Poemas 1998-2017 (2017), y su poesía ha aparecido en antologías de Europa y Latinoamérica junto a autores como Adam Zagajewski, María Teresa Andruetto o Antonio Colinas. Obtuvo una residencia de escritura en Villa Sarkia (Sysmä, Finlandia) en 2020. Ha traducido del italiano al español obras de Tiziano Scarpa, Matteo Lefèvre, Alessio Brandolini, entre otros.