La revolución no va a venir hasta que agujeree tu corazón
Hasta que cada crueldad e injusticia
Sin importar a quién fue hecha
Se sienta como si te la hubieran hecho a ti
Hasta que estés desnudo, lo suficientemente abierto
Lastimado por cada llanto indigente
Una madre para cada niño hambriento
Un hijo nativo de cada tribu
Varado con la llama del bosque
Tragando humo y lágrimas de rabia
Corriendo por el trueno del disparo del helicóptero
La revolución no va a venir
Hasta que te duela la espalda
Y el sol te hornee
Y el dolor te quiebre
Hasta que cada minuto de tu vida te duela
Y la fruta madura caiga en la suciedad
Porque tus dedos y tus huesos y tu cerebro están entumecidos
La revolución no va a venir
Hasta que cada auto de policía esté persiguiéndote
Por quién sos y no por lo que hiciste
Y estés parado en la tierra, etiquetado
Por el acento incorrecto, el color de piel incorrecto
La sexualidad incorrecta, el idioma nativo incorrecto
Demasiado gordo, flaco, viejo, joven...
La revolución no va a venir
Hasta que camines en la calle, cargando una semilla no deseada
Condenado a procrear con hombres que te llaman muñeca
Hombres que creen que son dueños del mundo
Hasta que mires el odio que se llena en la cara del violador
Cuando puedas oler su aliento, degustar ese beso rancio
Cuando tu estómago esté revuelto de rabia y disgusto
Cuando puedas sentir todo esto como si te lo hubieran hecho,
No es suficiente.
Porque la revolución no va a venir hasta que te hagas sabio
Entonces qué pasa si odias la injusticia
Entonces qué pasa si estás dispuesto a morir para hacer el cambio
No es suficiente ser valiente, ni siquiera amar lo suficiente,
A no ser que el amor te lleve a la sabiduría y el aire conduzca a la presión
Así aprendes a leer libros y caras
Y estudias géneros y razas
Y miras a la ciencia y a la economía
Y cada clase y grupo en la sociedad
Estudias el pasado, pero no vives en él, ni le rindes culto
No colectas las ruinas para encontrar un dios perdido en el que creer
No lees la historia con un hierro caliente, sino con una antorcha
No sos un rey, ni sos un sacerdote
No estás cantando en un maldito coro
Sos el fuego que quema a través de la historia
Tu genealogía está escrita en las cenizas de
Pueblos incendiados, esclavos crucificados
Tejedores, encadenados a la máquina de coser
Herejes quemados brutalmente
Gritando la verdad
Cuántos miles de años de lucha
Cada uno sumado al nunca-es-suficiente, uno
De clase seguido de otro elevándose a la cima y
Devolviendo el golpe a todos con
Leyes y religiones y balas cuando no escuchas
Cuántos años se necesitan de sistemas seguidos de sistemas
Y siempre con la misma división fundamental
Tú trabajas, ellos dirigen
Pero sos más que una pieza de un engranaje
Dejá que la revolución sea tu escuela
Estudiá las conexiones
Y vas a empezar a ver que las cadenas de la esclavitud
Son las cadenas del poder
Ellos te conectan
A una armada de desposeídos
Y es una armada que vas a necesitar
La revolución no va a venir hasta que te hagas fuerte
El poder es bueno
Intentá vivir sin él
Pero sin ninguna duda divide en dos
El poder de ganar es el poder de perder
El poder no es nada, pero el poder de elegir
Es tan bueno como sea usado
Pero nunca te olvides
No estás rogando por misericordia
Estás luchando por poder
Cómo vas a ser libre de los hábitos encastrados de toda una vida
Cómo vas a ganar control sobre tu propia mente
Cómo vas a juntar las partes para generar un efecto dominó
Y si ganás, cómo vas a luchar contra las armadas que vengan a destruirte
Y si ganás, cómo vas a alimentar el mundo
Y si ganás, cómo vas a llevar esa carga, cómo liberar al mundo
Sean líderes que sepan ser liderados
Sean maestros que sepan ser educados
La revolución es una guerra que tiene que llevarse a cabo
Tienen los revólveres y las armas de la comunicación masiva
Tienes el poder para la gente que viene con sus organizaciones
Tienes el poder para la gente
Pero tenés que saber que lo odian
Si les das una chance lo van a romper
Tienes que saber que es tan bueno como lo hagas
Tienes el poder para la gente
Estás preparado para buscarlo
Traducción de Gaby Sambuccetti
David Lee Morgan (Seattle)
Nació en Berlín, creció en Seattle, y durante los últimos 30 años vivió en Londres. Es doctor en Escritura Creativa y en Filosofía. Escribió novelas, obras musicales y de teatro. Ganó distintas competencias y concursos literarios, entre ellos la competencia de Slam Poetry de la BBC. Es un miembro del Writers Guild of Great Britain. En la actualidad, conduce y produce un podcast literario que se llama Revolupo.