Contado en Culiacán

Transcripción de Lucía Guadalupe Leyva Morales

 

Había una vez una barranca que estaba dormida y oyó un rumor que la despertó pues resulta que hablaban de ella y al despertar recordó la historia; la barranca en su juventud…, la barranca era hija de la montaña y estaba destinada a casarse con un río, pero por razones que no se pueden decir ni recordar, la barranca tuvo la ocurrencia de enamorarse… con sus labios de piedra, ojos de roca… de un árbol como una ¿higuera?, y este árbol de la barranca era silvestre, de la tierra.

Aunque era nativo de ahí, se sentía amenazado porque en su corta vida se dio cuenta de que a otros árboles les quitarían el agua y pidió ayuda a la barranca. Notaba que ésta con sus fauces abiertas lo miraba; le murmulló que lo ayudara.

Todo esto llevó miles de años porque el tiempo es diferente al de los humanos. Finalmente la barranca vio que tenía que perseverar en su condición de abismo y cada vez que había lluvia ensanchaba su cauce y la barranca logró abrir un hilo de agua que poco a poco empezó a filtrar para llevar el agua al árbol que se sentía asediado. Cuando el árbol se dio cuenta se sintió alborozado y empezó a soltar unas como frutas que parecían pequeños jitomates. De ahí que uno diga que el tomate no proviene del árbol trepador sino del amor entre la barranca y el árbol.

 

En el restaurante La Chuparrosa Enamorada,

 el domingo 18 de octubre de 2009, entre 4 y 6 y media. Sinaloa

Por Adolfo Castañón

Written by La Mascarada

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