El pasado viernes 1 de junio amanecimos con el estreno de uno de los trabajos más esperados del metal en este 2018. Hablamos de Prequelle, cuarta producción discográfica de la polémica banda sueca Ghost.
Sabemos que les emociona la noticia de poder contemplar un álbum que nuevamente tome como temas el satanismo, el horror y el romance luciferino, sin embargo, ¿cuál es la razón por la que debemos seguir siendo seguidores de Ghost, además de esto?
Tanto en el trabajo de estudio como en la música siguen siendo un proyecto impecable. No obstante, el Ghost que escuchamos en este trabajo va más allá del metal y los prejuicios que este género trae consigo, combinando lo clásico de los años 80 con tintes modernos, allegados a la música comercial.
Forge toma como inspiración la peste negra, misma que fuese una de las peores desgracias a nivel mundial, y la cual se percibe desde ”Ashes” hasta “Life Eternal”. De principio a fin son entrelazados los tracks, describiendo con toque moderno este fenómeno que arrasó con ciudades enteras, con el misticismo característico de Cardinal Copia, Papa Emeritus, Tobias Forge o como prefieran llamarle.
Antes de entrar en materia sobre lo bueno y lo malo de este disco, vale la pena mencionar la dedicación que se invirtió en un trabajo que no busca el mínimo reconocimiento, sino que pretende hacer pasar a todo escucha un momento agradable fuera de la monotonía a la que se enfrenta el metal brutal.
Vayamos a lo visual. Cardinal Copia, o mejor dicho Tobias Forge, quien es el fundador y único miembro que se mantiene desde el comienzo de Ghost, deja que desear con el atuendo y maquillaje. Papa Emeritus Zero no puede cumplir con los deberes papales pues la edad no está a su favor. Éste es destituido de su cargo, lo que convierte a Cardinal Copia en su sucesor por excelencia para seguir llevando las ceremonias oscuras a todos sus feligreses. Si buscan en el canal de YouTube de Ghost, encontrarán los episodios de esta extraña historia, la cual relata a fondo por qué el líder es un cardenal y no un papa, como lo dicta la costumbre en cada lanzamiento.
Cánticos con tiernas voces de niñas bajo un ambiente macabro parecen entonar el comienzo de una ceremonia satánica, es esto lo que da inicio a Prequelle con “Ashes”. La antigua canción de cuna de los años en que la peste negra hizo estragos (Ring a Ring o’ Roses) cobra vida en la introducción a un álbum oscuramente versátil.
Como segundo track encontramos “Rats”. Dicha canción, como bien lo dice el nombre, habla sobre los roedores y las muertes que causaron en toda Europa, Asia y África tras haberse propagado la peste. Un tema adictivamente pegajoso que nos remonta a los años 80 con una tonada bailable muy peculiar, propia de ciertos artistas que eran el éxito del momento.
Pese a ser una canción enérgica, “Faith” se asemeja a lo que hicieron en trabajos pasados. Siguiendo la secuencia de “Rats”, la destrucción y el sufrimiento se hacen presentes. “Azote disfrazado de santidad. […] Soy todo ojos, soy todo oídos, soy la pared. Te estoy mirando caer, ¡porque la fe es mía!”. De ahí surge el nombre de la canción, basada en la gente del siglo XIV que se cuestionaba sobre lo acontecido en términos religiosos.
“See the Light” recobra la densidad que estos músicos mostraron en años pasados. Si bien podríamos darle diversos significados, la letra nos hace ver cómo se creó una imagen aberrante de Satanás, aun cuando la divinidad castigaba con azote a sus creyentes, llevándolos en diversos momentos a las peores situaciones, como pestes y enfermedades.
“Miasma” detiene por un momento todo lo escuchado. Se trata de la primera pista instrumental y pone una pausa que te prepara para la parte más suave y oscura de la producción. Ésta es acompañada de un magnífico sonido donde resalta el saxofón en líneas melódicas de fantasía que seguramente te atraparán.
“Dance Macabre” no por nada fue el segundo sencillo que dieran a conocer en días previos al estreno oficial de Prequelle. Una trama allegada el romance de horror, que escuchamos con frecuencia en estos suecos, caracteriza esta canción que sin duda terminamos por cantar una y otra vez al ritmo de “Just wanna be, wanna bewitch you in the moonlight”.
“Pro Memoria”, por mucho, llega a ser la balada ideal con una esencia melancólica. En el capítulo tercero, donde Papa Emeritus Zero da la noticia sobre su retiro para abrirle camino a Cardinal Copia (su sucesor), figura esta extraña canción cuando un supuesto “Nameless Ghoul” asesina a Papa Emeritus III. Pese a las críticas que ha recibido tras ser catalogada como “relleno que no tiene sentido”, nos atrevemos a decir lo contrario, recomendando ampliamente la parte alternativa que nos ofrece aquí Tobias Forge.
Creemos que “Pro Memoria” tiene una continuación o, mejor dicho, una secuencia. “Witch Image” es una canción cruda que presenta a un ser que está cabalgando detrás del personaje; hace un énfasis en la tragedia que se vive en cierto momento de la peste bubónica, citando: “Mientras duermes en el deleite terrenal, la carne de alguien está pudriéndose esta noche”.
El segundo corte instrumental del material lleva por nombre “Helvetesfönster”. Este track nos remonta a años atrás, donde se ve cuestionado el futuro de la humanidad. Tintes de sufrimiento y tristeza acompañan la primera parte que desencadena un tono en que “todo está por terminar”. Para ser más precisos en lo que intentamos decir, es una ambientalización perfecta para bajar el telón ante el inminente final de la obra.
En “Life Eternal”, Cardinal Copia nos deleita con una voz dulce y una canción que emana tristeza. “Siento que tus manos están frías. Dentro de tu corazón, una historia que contar. Es momento de dejarlo ir. ¿Puedes sentirme deseándote para siempre?”. Una vida eterna quizá es lo que necesitamos, aunque al final hay que dejar ir a quienes parten, a pesar de las vivencias, momentos o cercanía.
Hasta la fecha es de las mejores producciones de estos suecos. No necesariamente porque sea un álbum que revoluciona lo que los ha caracterizado durante casi una década, sino que muestra la verdadera faceta del grupo y revela cuál será su camino en el futuro, tanto en géneros musicales como en identidad.
Tobias Forge es una persona que juega con los géneros para descubrir lo que más le conviene. Puede crear algo verdaderamente brutal como lo fue Repugnant, hasta algo alternativo como se deja ver en Subvision, proyecto que tiene gran parentesco con lo nuevo de Ghost, denotando la parte creativa de Forge de principio a fin.
Esta obra está perfectamente elaborada, aunque eso sí, no es apta para quien busca brutalidad o algo allegado al metal puro, por lo que recomendamos escuchar el material en más de una ocasión, y de principio a fin, para sacar sus mejores conclusiones.
Por Fátima Narváez
