INTUICIÓN
El amor es condena
que se clava sobre rostros y labios cincelados.
Como hierro candente permanece
y arde, alrededor, en los surcos,
creando apego a la carne.
Me despedaza poco a poco
un suplicio para alguien
que no tiene apego a la materia.
Ya no puedo ver esos lamentos
cuando, ante el ocaso de una noche de ausencia,
un eco de lunar piedra regenera un sueño
aparentemente sólido.
El tiempo mísero se derrama en la inconsistencia.
La falta de densidad, el ser impalpable
apagan mi identidad ausente
ya exausta de sutiles transformaciones
con el deseo de concretarse
de ser hombre con un destino etereo.
SILENCE
Un fragmento de ti,
un instante sepulto
en partículas rezando
en la ausencia del viento.
La quietud no parece brutal
ni letal el viento que avanza
oculto entre la bruma y la zarza
y se renueva en salino resoplo.
Terrible belleza me pinta en esta ola
en ecos lejanos encuentra refugio
el joven tahúr abandona la mesa
ante el mar calmo y el sol que muere.
DEEP WATER SOLO
Se deslizan los días
los contactos ausentes,
noches extraviadas entre las olas.
No relataré a quien no estará
las notas anegadas.
Nenia nocturna
no desesperes soledad
el mar sostiene la buena barcaza.
Me guía el astro que llevo dentro
tu don, tu amor
linterna
faro
flama.
No te vayas
no ahora
permanece.
Manos sobre la frente
ojos cerrados
lloran
gotas
de rocío.
Del libro La tierra del titiritero
Traducción de Diego Mejía
Bruno Scalia (Gela, 1976)
Vive y crece en Siracusa, sitio que ama profundamente. Es traductor e intérprete, pero se desempeña como Social Media Management y Web Content Marketing. La escritura es aquello que lo apasiona desde siempre. La poesía, en particular, le permite explorar el equilibrio entre el mundo interior y exterior, tocando así varios estilos, buscando la síntesis en su punto de encuentro y en su carácter de revelación.