En 1967, con gran influencia de la capilla Notre-Dame-du-Haut, obra del afamado arquitecto Le Corbusier y pieza arquitectónica emblemática de la ciudad de Ronchamp, Francia, se inaugura la Parroquia Francesa, un recinto católico ubicado en la Ciudad de México, en la zona de Polanco.
La Parroquia Francesa, hace algún tiempo que, más allá del papel que juega en el menester religioso y su enorme aportación a la estética del paisaje local, también se ha convertido en una de las instalaciones que alberga los fascinantes conciertos de la Orquesta de Cámara de la Ciudad de México.
Así, el recinto se engalana con la presentación de “Velada Italiana”, un evento que nos presenta obras de algunos de los más grandes compositores de la península apenina, siendo importante señalar la participación de tres jóvenes promesas de la ejecución musical: María Teresa Córdova (violoncello), Francisco Martínez (tenor) y Raquel Gómez (violoncello).
La conjunción de María Teresa y Raquel (quien tiene apenas 15 años), hace notar una gran sinergia que en las frases del Concierto para dos cellos en sol menor de Antonio Vivaldi deleitan al espectador mientras las articulaciones se mezclan y dibujan esas formas tan características que uno puede reconocer en las Cuatro Estaciones y en buena parte de la obra de Vivaldi.
Avanzada un poco la noche, nos alejamos brevemente de la forma estricta y mientras Francisco Martínez interpreta algunos de los fragmentos melódicos más famoso de la música italiana, el tono de la presentación se rige por obras llenas de energía y matices diversos que florecen con la dirección de Miguel Ángel Almaguer.
Por Manuel Mejia