LA CURVA DEL OLVIDO
No miramos el mundo hasta cerrar los ojos:
lo demás es recuerdo.
Uno de mis recuerdos infantiles
es que yo era un caballo: andaba
en el jardín y me comía
las hojas de los tréboles. El césped
no alcanzaba para jugar futbol
ni para el trote. El sabor a limón o anís
se fue mezclando con otros destilados. Los hombres
sus barricas de cuero
me perseguían desde antes de sostener
el vaso. Con los golpes del hielo
enfrié la sed que ya traía
mi lengua: destino insospechado
que cubría el uniforme. Medio de contención
propinaba patadas sin atajar un tiro. La defensa
indefensa que no faltó al partido
mientras se acompañase del portero
desde entonces un crack
mientras yo me hice polvo. Blanco
de las miradas en uniforme oscuro
y manga larga. Liverpool fue el equipo
que jugó los domingos. Entrenamiento diario
que no me hizo mejor
sino más fuerte. La curva del olvido
fue un relámpago. Un crack en la rodilla
un bang sobre la lengua
y esta voz relinchando
sobre una cancha extraña. Rejas
de cal entonces. Hoy de hierro
oxidado
es el sabor a sangre
que destila
sin vaso de por medio
y sin defensa alguna.
a Rubén Cruz
UN PUENTE [MUSICAL]
…con limpia curva, nuestros ojos se apartan.
Hart Crane
Saltas del Orizaba
al líquido brillante de las venas
y tu voz es el puente
que se mantiene firme después
del ahogamiento. Andamiaje
de aquellos sin una casa cerca. Ya no leo
en tu mirar la despedida. El eficiente barro
la hierba previsible
no están para cubrir la torre que permanece rota
sobre Brooklyn. Ni Walt, ni Jeff Buckley, ni tú
beben del Misisipi el valle
más remoto. Cabalgaron sus ojos
el relámpago. No se tocaron
nunca. La curva de ese puente
no llegaba a sus caras. Eran sólo
reflejo de otra luz y otro
tiempo. Saltaste
—clavado que ensayaste mil veces—
para escapar del miedo que vistió de marino.
Del deseo galvotérmico. De su óxido
de piel. En el borde
del agua dejaste tu recuerdo
—la práctica suicida—. No hay
sombra de cordaje en el arcoíris que termina
en la Atlántida. Cumpliste
tu misión al ascender el puente del fracaso celeste
y descender el túnel de tus nuevas palabras.
No te aparto de mí, cáliz
y limo, al levantar mis ojos
e intentar dar un salto
inocuo hacia los tuyos.
a Jorge Humberto Chávez
De [Contra] Dicción, Premio Iberoamericano de Poesía Minerva Margarita Villarreal 2021