Sobre La hermandad de la uva de John Fante

John Fante es un autor que llega al corazón de sus lectores porque crea con gran maestría personajes tan comunes como cualquier humano, y esto hace que sea muy fácil identificarse con ellos. Sus historias no son sobre grandes acontecimientos sino sobre sucesos tan cotidianos y profundos como el derrumbe de un matrimonio, la partida de los hijos o la muerte de un padre.

Una constante en sus novelas es que alguno de los personajes siempre escribe, oficio que es visto como algo menor y, muchas veces, hasta despreciado por la sociedad. Parece un guiño a un reclamo por parte de Fante.

Pregúntale al polvo, La hermandad de la uva y el Perro idiota (editado junto con Al oeste de Roma), tienen imágenes tan potentes que permanecen con uno, aún años después de haberlas leído. Las letras de Fante atrapan, y con un lenguaje sencillo la historia fluye a muy buen ritmo y los personajes van apareciendo ágilmente. La trama es interesante y dan ganas de saber qué más va a suceder.

En el caso de La hermandad de la uva, Henry es el personaje principal y nos va dando sorpresas conforme va actuando de forma inesperada y, sin embargo, al mismo tiempo comprensible. Mientras que los demás personajes: su esposa, hijos, sus padres y hermanos, son un poco más estereotipados, sin que esto de ningún modo les reste poder. Los amigos de su padre, compañeros de juego y de tragos, también tienen un papel importante, como sin duda sucede en todos los pueblos pequeños. De esta asociación el nombre de la novela.

Fante hace descripciones muy sabrosas sobre la comida, actividad con la que la madre de Henry —y seguramente la madre de Fante, también de origen italiano—, muestra su amor a la familia. Todo lo que el padre de Henry hace durante su vida, su trabajo como albañil y luego jefe de obras, también se lo justifica a él mismo, por el deber a su gente. El resultado es un retrato muy humano de las historias de inmigrantes en Estados Unidos: una gran necesidad de mantener las tradiciones y, al mismo tiempo, una urgencia por “ser americanos”.

En el 2019, Anagrama hizo la edición de aniversario en la colección Compactos 50 de La hermandad de la uva, editada por primera vez en 1977 por Houghton Mifflin en Boston, Estados Unidos. Es increíble saber que el autor no vio ninguna de sus extraordinarias novelas publicadas, pues, tristemente, salieron a la luz hasta después de que hubiera muerto.

 

Por Hilda Sitges

Written by La Mascarada

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