Factótum o la bohemia de Chinaski

Quando il bisogno ve li costringe, astinenti come anacoreti, ma se nelle loro mani cade un po’ di fortuna, eccoli cavalcare in groppa alle più fantasiose materie, amando le più belle donne e le più giovani, bevendo i vini migliori ed i più vecchi e non trovando mai abbastanza aperte le finestre onde gettar quattrini…

Giacomo Puccini

 

Luego de sus primeros días en París, Lucien de Rubempré se ve agriamente desdeñado por Louise de Bargeton y por su prima, la marquesa d’Espard. Con un deseo tan voraz como el de Raphaël de Valentin ―cuya vida, justo a causa de la concentración del deseo, fue devorada por el talismán―, y con una confianza infinita en su talento, como todo buen bohemio, Lucien profiere: «¡Pero triunfaré! ¡Pasaré por esta avenida en calesa, con lacayo, y tendré marquesas d’Espard!».

FACTOTUM 2

En la novela de Charles Bukowski, Factótum (1975), el protagonista, inmerso en monótonos y absurdos trabajos, tiene una entrevista que lo incita a casi idénticas consideraciones. En una de las tantas fábricas donde Hank Chinaski trabaja para poder costear el alquiler y algunos tragos, es llamado por su jefe, quien enterado de su interés por la escritura, reúne a su empleado y a un amigo suyo con pretensiones literarias.

Chinaski experimenta la aversión propia del bohemio frente al hombre burgués, y como los artistas retratados en las obras de Puccini, Murger o Balzac, se considera, en virtud de su talento, más apto para el lujo que aquellos hombres.

That scene in the office stayed with me. Those cigars, the fine clothes. I thought of good steaks, long rides up winding driveways that led to beautiful homes. Ease. Trips to Europe. Fine women. Were they that much more clever than I? The only difference was money, and the desire to accumulate it. I’d do it too! I’d save my pennies. I’d get an idea, I’d spring a loan. I’d hire and fire. I’d keep whiskey in my desk drawer. I’d have a wife with size 40 breasts and an ass that would make the paperboy on the corner come in his pants when he saw it wobble. I’d cheat on her and she’d know it and keep silent in order to live in my house with my wealth. I’d fire men just to see the look of dismay on their faces. I’d fire women who didn’t deserve to be fired.

Tal escena también aparece en la homónima adaptación cinematográfica del 2005, y donde Hank es encarnado por Matt Dillon. En dicha película se seleccionan algunos pasajes de la obra literaria y se acomodan en un orden distinto. La presencia de la escena da cuenta de la importancia de estas reflexiones, las cuales delinean al personaje bukowskiano. Chinaski resulta tan similar a Rodolfo, Lucien o Raphaël, que en la soledad de sus buhardillas, y con la pluma como única garantía, sueñan con cabalgar la ruinosa fantasía de Baco, sin frenos ni estribos.

 
Por Valentín Rafael
 
Factotum 1

 

Written by La Mascarada

Loading Facebook Comments ...